En los últimos meses del año pasado había visto en el cine El Secreto de sus Ojos (la ganadora a Mejor Película Extranjera) y recuerdo que quedé tan fascinado con el trabajo de Juan José Campanella que incluso mantuve vigente mis ahorros para darme el gusto de comprar el DVD una vez que saliera a la venta. Para mi mala suerte eso no ocurrió (al menos todavía) y la película se encuentra sólo disponible para su alquiler.
Fue por eso que, en la tarde de ayer luego de salir de ver por segunda vez El Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo, compré el DVD (clonado) -por así llamarlo- de la película y planifiqué volver a verla durante la noche; pero como antes de eso había ido por novena vez a ver "Iron Man 2" en el cine y tenía ganas de relajarme escuchando música decidí postergarla para la tarde de hoy, y justamente acabo de terminarla... con la misma fascinación que me dejó la primera vez.
Créanme que se me ocurrió escribir la crítica, pero pensé que la misma estaría plagada de elogios y demás frases que destaquen la perfección narrativa y la belleza visual; sin olvidar por supuesto la excelsa calidad de su sólido elenco donde figuran Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, entre otros.
Sin embargo, opté por conformarme con el análisis de mi crítico favorito. No por ello evitaré darles una entusiasta recomendación a quienes todavía no tuvieron el "privilegio" de ver esta excelente muestra del cine argentino. Definitivamente El Secreto de sus Ojos se ha convertido en una de mis películas favoritas; lo fue desde el momento en que acabé de verla hace algunos meses.
En cuanto a si finalmente compré The Prestige en DVD les cuento que dicha compra nuevamente ha sido postergada (haré todo lo posible por que sea el próximo fin de semana). Como había mencionado, también se encuentra entre mis planes comprar The Black Dahlia. Luego ya veré otras formas de intentar conseguir sus demás películas. Todo sea por mi adorada Scarlett!
P.D. Acabo de ver Vicky Cristina Barcelona en HBO.
Benjamín Espósito, secretario de un Juzgado de Instrucción de la Ciudad de Buenos Aires, está a punto de retirarse y decide escribir una novela basada en un caso que lo conmovió treinta años antes, del cual fue testigo y protagonista. Su obsesión con el brutal asesinato ocurrido en 1975 lo lleva a revivir aquellos años, trayendo al presente no sólo la violencia del crimen y de su perpetrador, sino también una profunda historia de amor con su compañera de trabajo, a quien ha deseado y amado fervorosamente y en silencio durante años. La novela que escribe Espósito nos hace recorrer los años 70, cuando en Argentina se vivían épocas turbulentas, el aire estaba enrarecido y nada era necesariamente lo que parecía ser.
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