Hace unos meses, Sienna Miller lloró mucho. No fue por el engaño de un hombre, como ocurrió en su momento con Jude Law o por algún personaje de película.
En mayo de 2008, la actriz de origen neoyorquino fue una de las que sufrieron con la derrota del equipo Chelsea, de la liga inglesa, al perder la copa de la Liga de Campeones en Europa. Ella fanática futbolera del equipo que viste de azul, no lo creía.
Sus amigos dijeron que ese día se puso triste. Más porque había sido derrotado en penales. Con ese simple hecho, Sienna, hoy de 27 años de edad, ganó más admiradores en el orbe.
Y este viernes, el número se incrementará seguramente con el estreno de G.I Joe, donde tiene uno de los papeles principales en esta película inspirada en los juguetes, cómic y serie de televisión del mismo nombre.
La historia está ambientada en una base de G.I. JOE (Global Integrated Joint Operating Entity) en Bruselas.
La organización, formada por operativos de varios países, usan equipos de alta tecnología para combatir a Cobra, liderada por un traficante de armas escocés.
En ella se le verá con pechos artificiales, a petición del director del filme, Stephen Sommers.
“El director me dijo: ‘voy a ser honesto contigo, me gustan las chicas con pechos grandes’, así que me tenía que poner esas dos cosas que parecían filetes de pollo”, confesó Miller a Female First, en junio pasado.
Esto la ofendió en cierta medida, reconoció la actriz, pero ante todo se autocalificó como una profesional.
Sienna Rose Miller, criada en Inglaterra, es hija de un comerciante de arte chino y de una sudafricana que en su momento fue secretaria de la leyenda musical David Bowie.
En el país europeo asistió al Heathfield School en Ascot, Berkshire, donde jugaba a ponerse las medias en la cabeza, y ya adolescente se trasladó a la ciudad de Nueva York a estudiar un año en el reconocido instituto Lee Strasberg.
Antes de su carrera como actriz, esta joven de 1.65 metros de estatura trabajó como modelo de marcas. Firmó contratos con Tandy Anderson, y modeló para marcas importantes como Coca-Cola y la revista Vogue.
Ya era considerada una de las más cotizadas. Un día alguien le preguntó si era sexy. Ella solamente sonrió.
“Sexy es cuando la gente se siente cómoda consigo misma”, subrayó.
Eso le dio el impulso suficiente para buscar oportunidades en la pantalla grande. Pero con la idea de participar en producciones que le dejaran algo bueno al espectador.
Así que sus primeras apariciones fueron en The Striker y Cigarettes & Chocolate, del director ganador del Oscar, Anthony Minghella.
Le seguiría una participación especial en Alfie, donde conocería a Jude Law, quien la terminaría engañando con la nana de sus hijos.
Su imagen fue difundida en el mundo como de una niña buena agraviada. Pero eso no le gustó.
En 2006 dijo a la revista Premiere que ella en realidad era bastante dura y orgullosa.
“El otro día escuché que había gente en la ciudad de Los Ángeles vendiendo camisetas que dicen: ‘Equipo Sienna’ al lado de ‘Equipo Aniston’, y me sentí como una víctima. No quiero ser vista como una niñita”, expresó Miller en aquella ocasión.
Pero esa experiencia la hizo madurar bastante . Y vaya que lo necesitaba. Ese mismo año llamó Mierdasburgh a Pittsburgh en una entrevista a la revista Rolling Stone. Se disculpó aduciendo que ahí había nacido su padre.
Incluso con los deslices que ya había tenido, Sienna llegó a ocupar el lugar número 27 del Top 100 de mujeres hot para la revista Maxim.
Sienna apoya a Breast Cancer Haven, un centro de ayuda contra el cáncer que ofrece un programa de ayuda gratuito, información y terapias complementarias para cualquier persona afectada por la enfermedad.
La actriz también es embajadora de Starlight Children´s Foundation, que ayuda a niños enfermos y sus familias, con viajes y estadías a hospitales de todo el mundo.
Profesionalmente no se puede quejar. En 2007 fue premiada con un EMA Futures Award por ayudar a incrementar la conciencia en la población acerca del problema del calentamiento global, entre otros logros cinematográficos.
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