Los tiempos de la Madre Naturaleza no son inmediatos como los de una varita mágica, pero sus resultados pueden ser tan sorprendentes como los de un hechizo. Es cuestión de paciencia.
En 1999, los productores de Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001) reclutaron a una niña un tanto insípida y sin experiencia profesional para el papel de la maguita Hermione Granger.
Hoy, la actriz Emma Watson esta convertida en una hermosa joven de 19 años, cuyo rostro es familiar en los cinco continentes.
“Harry Potter and the Half-Blood Prince”, quinta de las siete películas que habrá de completar la saga en el 2011, está a punto de ser estrenada, por lo que Watson recuerda el día en que se enfrentó por primera vez a la prensa mundial.
"Era muy joven, obviamente estaba aterrada. No había pensado en J.K. Rowling escribiendo siete libros, no había hecho las matemáticas ni había pensado en la popularidad de la serie. Nadie tenía una idea de que esa película se iba a convertir en la franquicia más exitosa de toda la historia".
La joven actriz, quien es rubia natural, pero decolora su pelo para dar vida al personaje, escribió en diarios personales experiencias que vivió antes, durante y después de hacerse famosa.
"Sigo conservando esos diarios que están llenos de pequeñas cosas chistosas que decía o pensaba. También tengo 'memory boxes' con cosas conmemorativas de las primeras películas".
Al cuestionarle si toda esa información le servirá un día para escribir su autobiografía, la actriz descarta la idea.
"No, no puedo verme haciendo eso, es muy raro regresar a esa pequeña niña, soy muy autocrítica, por lo que encuentro muy difícil verme otra vez en las primeras películas", dice.
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