La magia en Harry Potter no ocurre sólo en la gran pantalla. Lo demostró ayer una de sus protagonistas, Evanna Lynch, que da vida en la saga juvenil a Luna Lovegood. "De entrada fue mi personaje favorito. La veía distinta, más madura que los demás y muy divertida", explicó la actriz durante su visita a los espectadores de la película en Ocimax, después de hacer lo propio con quienes esperaban un autógrafo en el libro o una foto junto a ella en el Festival Park.
La joven irlandesa, de 17 años, fue elegida entre 15.000 aspirantes para interpretar a una de las compañeras de Harry en Hogwarts. "En dos semanas pasé de simple fan a protagonista", explicó Lynch, tan simpática como tímida, que se sintió abrumada en el primer día de rodaje.
"Aquellos jóvenes eran mis ídolos, así que me daba la impresión que era una simple fan entre verdaderos actores", confesó a este rotativo la irlandesa, que trabaja desde febrero en la última entrega, donde cobra más protagonismo, y en la que por fin entienden a Luna, tachada de loca por ser ella misma.
"Al crecer, todos intentamos esconder algo", se lamenta. Y trata de no caer en la tentación. "Intento distanciarme de lo que piensan los demás porque no se puede cambiar ni te debe cambiar", sostiene.
Su primer acercamiento a las aventuras del aprendiz de mago fue gracias a su madre. "Siempre me ha gustado leer, y ella quería que usara libros más maduros, así que compró uno de Harry Potter.
A mí no me apetecía, pero le leyó un capítulo a mi hermano y me quedé enganchada", aseguró. Tenía ocho años.
"Desde entonces, mi amor por estos libros ha crecido", señaló Lynch, que asegura que la fama sólo ha cambiado su vida un poco, y para bien.
"Nunca había visitado tantos países, ¡esto es una locura!", admitió.
También sus estudios se han visto afectados, y ahora cuenta con una tutora a la que dedica tres horas diarias.
"Cuesta mucho, porque en un momento vuelvas con una escoba y al otro estudias historia", bromea, "pero cuando vuelvo a casa –en un pequeño pueblo– todo vuelve a ser como siempre".
Aunque desde ahora echará de menos allí el clima de la isla. "Ojalá me lo pudiera llevar", dijo anoche.
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