Jessica Alba, uno de los símbolos sexuales de Hollywood y que lleva años en lo más alto de las listas de las mujeres más deseadas del mundo, lucha por ser valorada como actriz, aunque la opinión de la gente no le quita el sueño. "Me da igual que haya quien se fije más en mi físico", dijo.
A sus 28 años, casada y madre de una niña, la estadounidense de raíces mexicanas ha hecho gala de sus generosas curvas en escenas como la del sensual baile de Sin City (2005), embutida en un traje ajustadísimo para Los Cuatro Fantásticos (2005) o luciendo palmito buscando tesoros marinos en Into The Blue (2005).
"La gente puede decir lo que quiera, yo me dedico al entretenimiento", dijo la intérprete. "Si alguien ríe o llora, si el público se emociona con una película en la que salgo, entonces siento que he hecho bien mi trabajo", añadió.
Pero lo que realmente desea es que su trayectoria artística sea tan reconocida como su belleza, y este año estrenará tres películas dirigidas por el británico Michael Winterbottom (The Killer Inside Me), Robert Rodríguez (Machete) y Paul Weitz (Little Fockers).
"Me tomé año y medio fuera de los rodajes por el nacimiento de mi niña, y quería centrar mi carrera en trabajar con buen material, buenos directores y buenos actores. Creo que lo he conseguido", manifestó Alba, que este febrero estrenó en Valentine's Day, una comedia romántica con un reparto de campanillas, que incluye a Julia Roberts, Jessica Biel, Jennifer Garner y Shirley MacLaine.
"Fui una de las primeras en firmar; recibí una llamada de mi agente y me dijo que Garry Marshall —el director de Pretty Woman— quería que estuviera en la película. Leí el guión y me encantó, así que le dije que sí", manifestó Alba, que en la cinta interpreta a la novia de Ashton Kutcher.
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