domingo, 5 de julio de 2009

Sandra Bullock, la reina de la comedia


Esta no será la comedia que cambie para siempre la historia de las comedias. La propuesta no ofrece novedades ni sorpresas en un género que Hollywood practica desde que existe.

Sin embargo, el film, protagonizado y producido por Sandra Bullock, entretiene mucho y hasta aporta unas cuantas carcajadas, apoyadas mayormente en el carisma de Bullock, que sabe sacarle el mayor provecho a Margaret, la competente y temible editora literaria que le toca interpretar.

Llena de referencias al mundo de los escritores -por allí se nombra a Don DeLillo, Richard Russo y varios otros novelistas norteamericanos- la acción del film se divide entre la vida profesional del personaje y su vida privada.

Que en un principio es inexistente pero que pronto empezará a aparecer en cuadro cuando se entere que su visa de trabajo en los Estados Unidos se venció y que deberá volver a su Canadá natal.

Para evitarlo, Margaret deberá convencer a su asistente, Andrew, interpretado por el simpático Ryan Reynolds (Wolverine) de casarse con ella y así evitar que la deporten. El único problema es que Andrew la odia. Y sólo la promesa de un ascenso logrará convencerlo de tomar a la arpía de la oficina como su legítima esposa.

Con la receta para el romance asegurada, la directora Anne Fletcher (27 Bodas) no arriesga demasiado y lo cierto es que no tiene que hacerlo. Aquí todo se sostiene por el trabajo de los actores principales y secundarios (ahí aparece la octogenaria Betty White interpretando a la abuela de Andrew con el tempo perfecto de la comediante veterana que es) que le dan a sus personajes la carnadura que la historia necesita.

Especialmente Bullock que subida a unos tacos de altura imposible, interpreta a una reina del hielo. Esa que, irónicamente, comienza a derretirse cuando debe acompañar a su falso prometido a un encuentro familiar en la fría Alaska.

Antes, algunos pasajes que se toman a broma la política inmigratoria de los Estados Unidos muestran el costado más flojo del film, no porque este tema deba tomarse con la seriedad que se le exige a un documental o a una ficción de otro género sino porque borran con el codo el tono realista que mantiene el guión en sus primeras escenas.

Lejos del romanticismo que le imprimía Matrimonio por conveniencia , aquella película con Andy MacDowell y Gérard Depardieu, al conflicto de la inmigración ilegal en Nueva York, La propuesta prefiere ir por el lado del humor.

Con algunos hallazgos (apenas se menciona al pasar, y sin subrayar, la diferencia de edad entre Margaret y su empleado/novio) y desaciertos (la aparición de una bella y bondadosa ex novia de Andrew resulta demasiado obvia), esta película consigue divertir además de recuperar a Bullock para la comedia que tanto la extrañaba.

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