jueves, 21 de enero de 2010

Penélope Cruz en una escena de 'Nine'


Las fotos de una mujer bajo sospecha, Sangre y encaje negro, El extraño vicio de la señora Wardh. En el género giallo, el terror de los años setenta específicamente italiano que dominaron Dario Argento y Mario Bava, era habitual tener un título y no tener película. De ahí que los nombres salieran con tanto va va voom. Las películas se hacían como rosquillas -como biscotti- y lo importante era asegurarse el dinero. El director acudía al productor con un título y nada más. Si había liras, se llamaba al guionista.

A Guido Contini, el trasunto de Federico Fellini que interpreta Daniel Day-Lewis en Nine, le pasa lo mismo. Tiene título para su próxima película -Italia, nada menos- y tiene póster, con una Nicole Kidman sospechosamente parecida a Anita Ekberg en La Dolce Vita (por si se lo están preguntando, lo que no da la naturaleza lo suple un buen relleno).

Lo que no tiene es guión, y no parece que vaya a materializarse pronto. El público le ama por sus primeras películas, en las que creó un estereotipo de Italia tan convincente que el país mismo empezó a vivir en una película de Contini. Pero sus dos últimos filmes han sido un fracaso y la inspiración no llega en ninguna cama. Ni en la de su mujer, Luisa (Marion Cotillard vestida y peinada de Audrey Hepburn), una actriz a la que él retiró al casarse con ella, ni en la de su amante, Carla (Penélope Cruz). Ni siquiera en la de la tentadora periodista americana (Kate Hudson), que confunde fantasía con neorrealismo.

Mientras busca a la musa, Contini (un Day-Lewis al que en la versión original el acento italiano le sale escocés) va invocando a sus mujeres una a una. La madre (Sofía Loren), la amiga (Judi Dench) y el primer ardor (Fergie). Y ahí radica uno de los principales problemas de Nine, con el que Rob Marshall vuelve tras Chicago. En la estructura que concede unos minutos de gloria a cada actriz pero que impide la interacción. Que nadie espere, por ejemplo, un cara a cara entre Loren y su heredera corporal, Penélope Cruz, porque no lo hay. Ni el de ninguna de las otras actrices. Es como contratar a Messi, Xavi e Iniesta e impedir que jueguen juntos.

Otras razones que han podido provocar la decepcionante taquilla que el filme hasta el momento ha cosechado en Estados Unidos pueden estar en un libreto poco pegadizo (tan sólo Cinema italiano, el tema que canta Kate Hudson tiene algo de garra) y en unos números algo decepcionantes. Si el musical ya es de por si un género apto sólo para convencidos, éste corre el riesgo de no convencer ni a aquellos que sabrían recitar el cast original de El hombre de la Mancha.

Aun así, el empuje de sus productores, los hermanos Weinstein, y el imán promocional que suponen sus estrellas -¿qué revista se resiste a fotografiarlas?- ha hecho que varias de las actrices sigan sonando como posible nominadas a los Oscar.

Una gran forma de disfrutar de Nine es...repasar en DVD 8 1/2. El filme de Federico Fellini, que ayer habría cumplido 90 años, no sufre problemas de inspiración.

ESTILO 'DOLCE VITA'

Cómo vestirse como un extra de Fellini

Madonna recurre últimamente mucho a sus ancestros y se ha centrado en potenciar los dos encantos que le dio la Madre Italia. De ahí que en todas sus apariciones recientes presuma de 'canaletto' y lo luzca también en la última campaña de Dolce&Gabbana, quienes, por cierto, hacen un 'cameo' en Nine, un musical a mayor gloria del Wonderbra.

Bloomingdale's en Nueva York también titula Fellini Forever su última campaña y viste a las modelos en ajustado negro y encaje. Aunque la lección de elegancia la da el Contini de Day-Lewis, ejemplo de 'cool' mediterráneo que conjunta sus gafas con su coche.

LAS MUJERES DE 'NINE'

Penélope Cruz es la amante más 'hot'

Penélope Cruz interpreta a Carla, la amante de uno de los iconos del séptimo arte. La española explota su lado más provocativo y por primera vez la vemos cantar y bailar. La actriz fue nominada a los pasados Globos de Oro pero sus gorgoritos y golpes de cadera no pudieron con Mo'Nique.

Marion Cotillard es la devota esposa

Después de pasarlo mal de verdad en su interpretación de Edith Piaf en 'La Vida en Rosa' -que le valió el Oscar a la Mejor actriz-, la revelación francesa del momento encarna a la mujer del director. Musa del pasado, Luisa acepta con resignación las aventuras de su marido hasta liberarse.

Sofia Loren, la 'mamma' que vive en sueños

Ninguna de las mujeres de la vida de Guido Contini se acercará a ella, la primera, la 'mamma'. Sofia Loren, cuyo tema musical recuerda demasiado a las edulcoradas baladas Disney, se aparece en los sueños del director para guiarle por el buen camino.

Nicole Kidman es la musa perfecta

Claudia es la diosa vestal del director. Tan perfecta que ni el propio Contini se atreve a mancillarla. Aunque a ella le gustaría que la dirigiera menos y la tocara más. Su mayor sueño es interpretar a una mujer normal, pero el cineasta no desea más que encumbrarla al olimpo de sus diosas.

Kate Hudson, una coqueta periodista

La belleza californiana es Stephanie, una joven y fascinante periodista americana de 'Vogue'. La actriz habla de su personaje: "Ella cree que él es un genio en lo que hace. Le gusta cómo retrata a las mujeres y le gustaría intimar más. Ella es, yo diría, una fan que le hace preguntarse quién es".

La confidente del director, Judi Dench

Diseñadora de vestuario de sus filmes, la también protectora de James Bond escuchará y comprenderá las filias y fobias del cineasta italiano. La Dama, como se la conoce sobre las tablas inglesas, interpreta a Liliane La Fleur, su mayor confidente.Ella conoce todos sus secretos.

Fergie es una prostituta de su niñez

Stacey Ferguson no es conocida, pero Fergie sí. La cantante de los Black Eyed Peas toma su nombre completo para debutar en la gran pantalla. Saraghina es una prostituta que introduce en el mundo del sexo al director. Se veía venir: el tema central de la banda sonora, 'Be Italian' es suyo.

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