jueves, 28 de enero de 2010
Recordando mi infancia: Rivers Applewhite (Caitlin Wachs / My Dog Skip)
Entre las películas que marcaron mi infancia se encuentra 'My Dog Skip', una sencilla pero emotiva historia acerca de un niño tímido llamado Will, a quienes sus padres le regalan un cachorro de terrier por su noveño cumpleaños. El perro, al que llamará Skip, se hará muy conocido y apreciado entre los habitantes de la localidad, y ayudará al chico a tener una mayor confianza en sí mismo. Cuando ví por primera vez la película me identifiqué bastante con el protagonista, yo tenía su misma personalidad pues antes era un chico tímido sin amigos (y lo sigo siendo), con temor a hablar con una chica que me gustaba.
Lo cierto es que nunca me han regalado un perro, es más, las únicas mascotas que he tenido fueron tres tortugas y dos aves (cotorras), luego crecí solo; practicamente sin amigos y definitivamente sin una novia, lo cuál hoy en día resulta penoso. 'My Dog Skip' se encargó de acompañarme en el largo trayecto que supuso para mi el ascenso a la pubertad, cada vez que la transmitían por televisión la volvía a ver. Recuerdo que mi padre había alquilado el DVD y me invitó a verla con él y mi madre, me dijo que me iba a gustar, sin embargo, no me convencieron sus palabras... aunque al final terminé accediendo y en realidad mi padre tuvo razón, la película no solo me gustó, sino que me encantó y ahí se desencadenó ese deseo de querer volver a verla cada vez que tenía oportunidad.
La historia es sencillamente hermosa, está basada en hechos reales y además nos deja un válido mensaje final que vale la pena interpretar, por eso me abstendré de revelarlo. Me gusta la manera como el director Jay Russell implanta un guión simple, personajes humanos, situaciones creíbles y la más pura sencillez e inocencia de la época; también aprecié los bellos paisajes, la buena recreación de la época, la espléndida ambientación, el correcto vestuario y sobre todo, las simpáticas travesuras de Skip. Me gustaría advetir a quienes todavía no la vieron, de que no se trata de una comedia infantil (se podría decir que es al estilo de 'Marley & Me') solo que ambientada en 1942 y desarrollada en Yazoo, Missisippi.
Las actuaciones de Kevin Bacon (como el padre de Will) que perdió una pierna en la guerra y eso endureció su carácter; Diane Lane interpreta a la madre (quizás ha sido su mejor época, ya que su belleza resplandecía y nos hacía recordarla en su faceta más joven), que juega un rol muy importante ya que ella fue quien más deseo que Will tuviera a Skip -no así su padre, que en un comienzo lo rechazó-. Luke Wilson tuvo el papel de Dink, un famoso y respetado jugador de béisbol que era admirado por el pueblo, hasta que todo cambió cuando al estar en la guerra, huyó y regresó ebrio a su casa -siendo Will participe del momento-, primero confundido, luego, al comprender la verdad de lo sucedido, decepcionado -pues Dink era su ídolo-. Por último tenemos a Frankie Muniz en el papel protagónico y a Caitlin Wachs interpretando a Rivers Applewhite 'la niña más bella del pueblo' y con la que Will entabló amistad -gracias a Skip-.
Los personajes no recibieron demasiada profundización, probablemente debido a la escasa duración de la película (95 min), que es poco para una historia de tanto calibre; aunque prefiero una historia 'light', bien editada y con un ágil ritmo cuyas emociones no son alteradas sino -condensadas- para que obtengamos mayor compenetración tanto con los personajes como con los particulares eventos... que soportar tres horas de una película al estilo 'The Green Mile', donde Tom Hanks y Michael Clarke Duncan ciertamente brillaban y entregaban muy buenas actuaciones, pero el vacío en el corazón del guión y la superficialidad -adornada con falsa emotividad y excesivas lágrimas- (del público, no 'tanto' de los personajes) hizo de la mencionada y sobrevalorada obra de Frank Darabont una interminable odisea al drama más humano e intenso pero al mismo tiempo, al abismo del aburrimiento y el cansancio. Al menos Jay Russell pudo equilibrar el drama con la comedia, mientras implantó pasión entre Will y Skip... y yo valoro mucho más dicha sencillez que las artificiales y calculadas emociones que ofrecen películas como 'The Green Mile' o 'Titanic'.
El final de 'My Dog Skip' es uno de los más tristes que he visto, cada vez que lo veo me dan ganas de llorar -aunque pocas veces llego a ese punto-, no me molesta ni tampoco me avergüenza hacerlo, tampoco decir que aún sigo sintiendo algo por el personaje de Rivers (tal como me sigue sucediendo con Cindy Lou Who, de 'How the Grinch Stole Christmas'). No tengo antecedentes con respecto a Caitlin Wachs, de hecho, no recuerdo haber visto otra película suya a parte de esta (me viene a la mente su papel de Penny en 'Inspector Gadget 2') pero luego nada más... realmente la considero una actriz muy talentosa, solo que no ha logrado alcanzar el suficiente renombre como para ser contratada en películas que logren trascendencia en Hollywood, es por eso que a Caitlin solo le ofrecen papeles secundarios -o protagónicos, pero en películas casi desconocidas-. Quizás solo esté malinterpretando el tema, pero francamente no recuerdo haberla visto en más de dos filmes, aunque deseo profundamente volver a hacerlo.
Cada vez que veo 'My Dog Skip' me vuelvo a enamorar de la dulzura y la inocencia que proyecta ante mi Rivers, su belleza radica no solo en lo físico, sino también en su maravillosa personalidad y en su singular actitud. Me encantan las niñas rubias, de ojos claros y sonrisas cautivadoras, Rivers es una de ellas y olvidarla será practicamente imposible. La escena donde conoció a Will, cuando iban al cine juntos, la primera vez que se tomaron de las manos... son momentos ya imborrables dentro de mi memoria. Para mi suerte, hace unos meses conseguí 'My Dog Skip' en DVD y ya es la segunda vez que la veo de esa forma, ambas ocaciones en mi habitación y por la noche... rodeado de sombras, recuerdos y la inevitable nostalgia que me produce contemplar a un amor del pasado, que vuelve cada vez que mi corazón enciende ese fuego interno, oculto en mi alma y prevaleciente en mi ser... así cierro esta nota, dedicada a Rivers, la niña que desencadenó esta interminable pasión.
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