Consiguió ser la musa de Woody Allen siendo apenas una adolescente y, desde la gran pantalla, va conquistando cada día más premios, más hombres y mejores interpretaciones. Con 24 años roza lo más alto, pero antes, tuvo que recorrer multitud de castings para llegar a ser quien es. Del pasado, recogemos sus inicios.
Scarlett Johansson vino al mundo un 22 de noviembre de 1984. Hija de un arquitecto y una productora de cine, y nieta de un guionista cinematográfico, se preparó desde pequeña para ser actriz. De hecho, ya con nueve años hacia sus primeros pinitos en los castings y ante las cámaras. Intentaba hacerse un hueco en anuncios de televisión y series, y consiguió empezar en el teatro.
Ahora, después de haber trabajado bajo las órdenes de directores como Woody Allen o Sofia Coppola, las imágenes tienen un incalculable valor, al menos en el terreno de lo anecdótico.
Johansson no fue una niña prodigio, ni arrancó como mujer fatal pasada su adolescencia. En 'Un Muchacho llamado Norte' compartía plano con Elijah Wood, de 'El Señor de los Anillos', y lo cierto es que el joven quitaba toda posibilidad de protagonismo a la rubia.
En 1996 volvería a la carga, a soñar con una alfombra roja, en 'If Lucy Fell', y siguió invisible para los 'cazatalentos'. Nadie podía imaginar la mina de oro que la niña llevaba dentro.
No fue hasta su quinto papel en los cines, en 'Manny y Lo', cuando Johansson consiguió hacerse ver. Tenía trece años.
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